Las abuelas tenían por costumbre llenar los respaldos de sofás, sillones y las mesas de aquellos tapetes hechos de ganchillo. O sino, medirnos cada dos por tres las espaldas para elaborar aquellos jerséis de lana que destejían y volvían a tejer cuando crecíamos.
No sé si será idea de alguna abuela pero a esta farola le han hecho un gorrito a medida y todo para evitar una intensidad de luz en el comedor de casa digna de una abducción alienígena. Supongo que deben de haber descartado todo tipo de trámites ante el Ayuntamiento antes de llegar a esta última y original solución.
01 septiembre 2009
Ante todo, ingenio.
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3 comentarios:
jajaja que grande el invento. Habría que ver al pavo que ha puesto eso como se ha subido a la farola.
Me huele que fueron los del balcón....
jajaja.. pero que bueno.. no, si estas abuelas tienen recursos para todo.. después dicen que no saben.. jajja..
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