Cuando voy a un espectáculo, sea cual sea este, musical, teatro, deportivo; los momentos previos están llenos de tensión a la espera del comienzo del mismo, me levanto del asiento miro alrededor con nervios, e intento de absorber el máximo posible de sensaciones para no olvidar jamás el acontecimiento. Pues siempre hay alguien que no piensa igual que yo y se limita a sacar su libro y a leerlo con tranquilidad hasta que las luces se desvanecieron y el artista salió al escenario. El libro se titulaba "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero" y no pude aguantar la tentación de fotografiarla.
1 comentario:
Cuidado porque acabas de copiar el texto de un libro y lo has colgado en Internet... la SGAE está al acecho
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